Mozi y el pensamiento anticonfuciano
Mozi (o maestro Mo, 墨子) fue el primero en iniciar una vía de pensamiento que desafiaba la vía confuciana, se calcula que vivió en el período entre la muerte de Confucio (supuestamente hacia el 479 a.C.) y el nacimiento de Mencio (se cree que el 372 a.C.). Las obras de Mozi nos ayudan a entender la Religión y Filosofía en China así como la Cultura China. En el texto Mozi, no aparecen detalles sobre el autor y tiene un estilo muy distinto al de los Diálogos de Confucio donde todo gira en torno al maestro; hay quien cree que esto podría indicar que Mozi pertenecía a la clase de los artesanos y quizás es por esta razón que su pensamiento era más bien utilitarista. Aunque también hay quien intenta justificar que pertenecía a la clase de los guerreros o los entendidos en artes marciales y eso explicaría su conocimiento estratégico y militar y también su compromiso absoluto de lealtad con los superiores.
Mozi predicaba la igualdad, la meritocracia, pero a su vez, la lealtad a los superiores y la conformidad con las órdenes recibidas en una estructura piramidal de la sociedad. También apoyaba la guerra defensiva (creía que la guerra ofensiva no se podía justificar) y dedicó un apartado de su tratado a aquellas ciudades o estados que se unieran a la campaña antimilitarista que promovió, ya que sus ideales eran pacifistas y su finalidad era eliminar la guerra; creía que si se usaba únicamente la guerra defensiva ésta dejaría de existir.

En su texto aparece por primera vez la palabra bian, en chino, termino que se usaría para “discriminar” (mediante palabras) o “debatir”; él la aplicaba a la argumentación, y por eso a sus seguidores se los ha llamado bianzhe. La retorica y lógica desarrolladas por Mozi y su escuela son destacables (y a la vez muy distintas de las escuelas filosóficas griegas) por eso a veces es difícil entender los textos del maestro Mo ya que por empezar es difícil traducirlos a otras lenguas.
Para Mozi el mayor objetivo era conseguir el bien social y eso implicaba ya una medida en la conducta correcta. Para conseguirlo es necesario colocar en una balanza los beneficios y daños potenciales de cualquier actividad y valorarlo según su principio: lo que beneficia a la mayoría es bueno, lo que sólo aporta beneficios a una minoría no; teniendo en cuenta esta afirmación podría decirse que Mozi tenía un cierto concepto de “conciencia de masas”.
Según el maestro Mo, hay que eliminar las distinciones y tratar a la gente de manera igualitaria (o universal), para eso basa su doctrina en lo que él denomina “amor universal” (entendido como la manera de tratar a la gente como a iguales, jian’ai); en contraste con la doctrina confuciana que se basaba en la piedad filial (que Mozi ve como nepotismo) y que marca una distinción entre los que tienen vínculos familiares y los que no, distinguiendo así la proximidad según un sistema de círculos concéntricos. El amor universal de Mozi no se puede entender en términos sentimentales sino como a una idea de bien común. Ya que la naturaleza humana tiende a mirar por si misma, es mejor poner el centro del interés individual en el del bien común, así se convertirá en el interés de todos.
Mozi y el pensamiento anticonfuciano
El origen de la injusticia social para Mozi era la parcialidad y la única solución era la existencia de un amor igualitario; no como la piedad filial que sólo incluye a los que tienen vínculos familiares. Afirmar que debe existir el igualitarismo en términos de amor universal no excluye que también creyera en la existencia de rangos, a los cuales se podía ascender si se demostraba ser un hombre con talento; además según Mozi los mandatos de un rango superior debían acatarse con máxima conformidad porque el sentido de lo justo debía ser igual en todos los rangos del inferior al superior y así sería fácil sentirse conforme y se mantendría el orden sociopolítico tradicional, de arriba abajo. Para Mozi el orden político unifica el sentido de lo justo, unifica un principio moral absoluto dado por los superiores.

Ya que el objetivo principal de Mozi era el bienestar social, temía una desestabilización, por esta razón la movilidad social sólo se concebía en situaciones especiales donde los que ascendían en el escalafón social mostraban sus capacidades. Entonces, para determinar si un hombre es o no meritorio de un ascenso, se decide en relación con sus esfuerzos. El confucianismo afirma que el destino de una persona no va ligado a su comportamiento individual, hay hombres que hacen buenas acciones morales, son virtuosos, pero eso no da por sentado que de estas acciones puedan sacar un beneficio, sea así o no, estos hombres deben continuar actuando de la misma forma.
Para los moístas esto se considera una actitud fatalista; Mozi cree que el Cielo (tian) determina el principio de moralidad y es la voluntad o decreto del cielo lo que debe llevar a cabo el Hijo del Cielo (el soberano). Mediante los castigos o recompensas que reciben los individuos en relación a sus buenas o malas acciones es como se regula su comportamiento. Para Mozi la creencia en espíritus o fantasmas es justificada si eso sirve para controlar a la población en el terreno moral, en su concepción existe una justicia retributiva, ya que a diferencia de los confucianos la ve necesaria porque no cree en la bondad innata de la naturaleza humana.
Según Confucio un hombre virtuoso, con virtud de humanidad o altruismo (ren) tiene tal rectitud moral que sabe como actuar en cada situación, Mozi se opone a las teorías confucianas ya que no están basadas en un sistema objetivo; es necesario para él, establecer un sistema de normas absoluto ya que en cada dinastía habían cambiado y quería unas normas constantes e inmutables que no dependieran de las opiniones de los individuos.
Sus afirmaciones eran muy pragmáticas; no existe acción valida por si misma si ésta no actúa según un objetivo determinado, no es posible justificarla en la subjetividad. Mozi era una persona práctica no buscaba un ideal, la valoración de los beneficios debía basarse en cuatro elementos: proporcionar bienestar material a las personas, incrementar la población, eliminar los peligros sociales y establecer el orden (legalmente).
Para que una actuación fuera valida antes se debía mostrar su utilidad, por eso puede considerarse que su pensamiento es funcional, las cosas que no hacen ninguna función de utilidad son prescindibles; por ejemplo, elimina el luto ritualista confuciano (que es la culminación de la piedad filial) de tres años porque cree que además de no ser positivo por los que están cerca interrumpe la actividad productora y se interpone en la economía.

Mozi fué famoso durante su época, aunque nadie siguió del todo su doctrina tuvo en cierto sentido más éxito que Confucio porque hubo ciudades que pusieron a la practica su concepción de la guerra defensiva. Pero a partir del periodo imperial aunque Mao Zedong tuviera en cuenta el principio utilitarista de Mozi (el bien es lo que da beneficio a la mayoría y el mal lo que solo beneficia a la minoría); el pensamiento confuciano sería el que triunfaría y haría mella en la base cultural de China hasta nuestros días.